No cabe duda que el género influye profundamente en el desarrollo de la personalidad, sea en el aspecto moral, intelectual o afectivo. La influencia del género en
la persona se da desde que ésta establece vínculos con los
agentes de socialización (Ferrer, 1994).
Los diferentes espacios donde la persona se desenvuelve
en su niñez, adolescencia y juventud sirven como fuente para la interiorización de
estereotipos de género, el refuerzo a normas de conducta y la formación de actitudes hacia otros géneros que van a contribuir a la construcción psicológica de la identidad, la cual toma gran parte de su constitución de la identidad de género.
Tanto la identidad de género como la identidad sexual
suponen situaciones críticas en la adolescencia más que en la niñez, sujetándose
su definición a reforzamientos sociales que dependen de la cultura preponderante en la sociedad.
El proceso educativo forma parte de la vida de la mayoría de adolescentes, y refleja en sus planteamientos el
ideal de persona según las normas convencidas socialmente. La escuela es un espacio de socialización muy influyente en la
formación de actitudes y en el desarrollo de la personalidad, representa el proceso educativo
escolar.
La escuela es el escenario privilegiado del desarrollo
humano porque permite al niño y a la niña su primer contacto con la autonomía,
la cual puede retardarse por influencia de los padres, profesores, pares y por
ellos mismos. La escuela reforzará en el niño y la niña aquellas conductas
socialmente convenidas que reflejan la cultura predominante.
En nuestro país y en otros de Latinoamérica predomina una cultura machista que
promueve la desigualdad entre hombres y mujeres (Fuller, 1998), es por ello que
los refuerzos sociales, en cuanto al rol de género, se ven muy influidos por
esta característica. La actividad educativa que muchas organizaciones de la sociedad civil y el estado vienen desarrollando está produciendo un cambio en la forma de percibir el rol de la mujer en la sociedad, destacándose desde hace varios años
que el cambio en la percepción del rol de la mujer ha cuestionado el rol del varón, hablándose de una crisis de la identidad en el varón (Ortega y cols, 1993); sin
embargo la desigualdad en cuanto a la educación de la niña se mantiene, lo cual se refleja claramente en las
estadísticas del sector educación, la atención prestada a la formación que la niña recibe en la
escuela es bastante superficial.
El objetivo general de este ensayo es analizar la situación de desigualdad e inequidad de
género en la escuela, centrándonos en el fenómeno de la discriminación por género, en el marco de los derechos sexuales. Creemos que este aspecto encierra una
problemática psicosocial de gran impacto en el proceso educativo escolar.
No se duda que también se presenta esta situación en el
proceso educativo no escolar, sin embargo las categorías de análisis necesarias para abarcar dicho estudio difieren mucho
del nuestro. Esto constituiría la primera limitación de nuestro trabajo lo cual se asume y se toma como un marco referencial.
La discriminación por género no es ajena de otros tipos
de discriminación en la escuela, sin embargo las relaciones que pudieran darse
no serán analizadas por requerir un estudio de campo, que se llevará a cabo a
partir de esta primera revisión teórica que pueda justificar la investigación empírica respectiva.
Los objetivos específicos del trabajo serán:
Analizar el rol de los protagonistas de la
discriminación por género en la escuela.
Analizar a la comunidad y los medios de comunicación como espacios facilitadores de la
discriminación por género en la escuela.
Analizar las formas de discriminación por género en la
escuela.
Para abordar el estudio de la discriminación por género
en la escuela se empezará construyendo el sistema conceptual desarrollando las nociones previas para
abordar su estudio; seguidamente se buscará alcanzar los objetivos específicos
analizando a los protagonistas de la discriminación por género en la escuela,
los espacios facilitadores de esta discriminación y las formas en que se
produce.
Finalmente, a modo de síntesis, se plantearán las conclusiones del trabajo a modo de hipótesis de trabajo dentro del tema.
El manejo de los términos género, sexo y sexualidad se torna muy confuso en nuestro
medio, y esto no es gratuito, se debe a las diferentes perspectivas de trabajo
que se han desarrollado y se desarrollan en nuestro país, tanto a nivel
gubernamental como privado, así mismo, y quizás principalmente, por las diferentes
culturas que existen en nuestro país. Todo esto ha influido en la forma en que
concebimos cada concepto relacionado a la vivencia de la sexualidad.
Por esto hemos considerado conveniente definir sexo,
sexualidad y género explicando brevemente sus relaciones. Los tres son
fenómenos bastante complejos que se involucran entre sí, manteniendo elementos
mutuamente excluyentes e incluyentes entre sí; por lo que las definiciones que
damos, deberán considerarse con sumo cuidado al momento de revisar otros
trabajos sobre el tema.
Siguiendo a Katchaudorian (1998) reconocemos que la
palabra sexo se ha vuelto imprecisa, si bien su significado formal alude a la
división de los seres orgánicos identificados como macho y hembra, y a las
cualidades que los distinguen, podría también agruparse su significado en dos
categorías, sexo como una característica biológica o de la personalidad, y el
sexo como comportamiento erótico.
Con respecto al primer uso se reconoce al sexo como un
conjunto de características genéticas, gonadales, hormonales y anatómicas que
tipifican a un ser humano como un hombre o mujer (Vereau, 1998). Con respecto al segundo uso,
el comportamiento sexual, hace referencia primariamente a "practicar el
sexo", sin embargo existen diversos problemas en la delimitación del término, reconociéndose con él
a prácticas tan diversas como las fantasías sexuales y el coito.
Se reconoce que el sexo es más biológico que
psicológico o social, siendo a veces llamado redundantemente sexo biológico,
por lo que las diferencias que produce se dan en el nivel cromosómico,
anatómico y fisiológico posibilitando que la especie se reproduzca (Guezmes y
Loli, 1999), en este mismo sentido, ya en el año 1965, Money consideró que el
sexo biológico contenía los siguientes elementos: sexo genético, sexo hormonal,
sexo gonádico, morfología de los órganos internos de reproducción y morfología de los genitales
externos (Citado en Katchaudorian, 1998; p. 17)
Sexo.
Sexualidad.
El género, la sexualidad y el sexo.
Conjunto de actitudes y conductas relacionados con el
hecho de ser varón o mujer, a través de los cuales expresamos afectos y deseos.
Es una manifestación cultural que aprendemos en la vida familiar y social, se
da en un contexto y en un tiempo determinado.
La sexualidad es la capacidad de ser sexual, la
posesión de capacidad sexual y la capacidad para los sentimientos sexuales
(Katchaudorian, 1998)
La sexualidad tiene tres componentes básicos, el
primero de ellos es el sexo o componente biológico, que ha sido definido líneas
arriba.
Otro componente es el social, que está dado por la
cultura y el medio socioeconómico donde se desarrollan las personas. Existen
canales socialización de la sexualidad, los cuales son:
La familia: Es el medio en el que nacemos y comenzamos a recibir
educación acerca del sexo y la sexualidad.
El colegio o escuela: Forma en los alumnos modelos y normas de comportamiento sexual. Es el objeto de
análisis del presente trabajo.
Los grupos de amigos o pares: Contribuyen a la formación de
creencias, actitudes y comportamientos relacionados con la sexualidad.
La religión: Representa valores morales que influyen en las actitudes hacia la
sexualidad de los creyentes.
Los medios de comunicación social: Los medios desvirtúan la sexualidad,
mediante: (a) la pornografía o manejo comercial y vulgar de la
sexualidad, y (b) los estereotipos sexuales o creencias generalizadas de un grupo cultural respecto a cómo deben ser y comportarse
hombres y mujeres.
Las Leyes: Son las normas que definen y sancionan ciertas
conductas relacionadas con la sexualidad.
El último componente lo constituyen los aspectos
psicológicos de la sexualidad, que están referidos a la identidad sexual, es
decir, la forma como una persona se asume como ser sexual. Según el Ministerio
de Salud (1998; pp.55-56), la identidad sexual comprende:
La identidad de género: Es el sentir o pensar como
varón o mujer. Por lo general esto corresponde con el sexo físico. Se forma en
la primera infancia y se revalora o consolida en la adolescencia. Es la
experiencia privada del rol de género.
El rol de género: Es el comportamiento masculino o
femenino expresado de acuerdo a costumbres y normas de la sociedad. Es todo lo
que la persona hace o dice para indicar a sí mismo y a otros, el grado en el
que se es hombre o mujer.
La orientación o preferencia sexual: Es el sexo frente
al cual se siente atracción. Se puede sentir placer o erotizar con una persona
del mismo sexo, del otro sexo, o hacia ambos sexos indistintamente.
Género.
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